Siempre se ha dicho que las segundas partes nunca fueron buenas, pero, es cierto, que por circunstancias vitales hay ocasiones en las que las relaciones no funcionan, y llegan a un fin, que quizá en ese momento no se sabe valorar si es un adiós definitivo o un hasta pronto.
Lo que es cierto es que si estás en ese momento en el que no sabes si dar una segunda oportunidad a esa relación que no siguió adelante anteriormente es primordial preguntarte por qué no funcionó en un primer momento: ¿fueron circunstancias ajenas a la pareja? ¿fue relacionado con la distancia? ¿fue debido a un mal momento personal y emocional de alguno de vosotros, que no permitió estar en un buen momento para permanecer en pareja?
Por el contrario, es también necesario reconocer si fue por diferencias irreconciliables, o diferencias en formas de ser, valores o metas vitales, que no consiguieron ser solucionadas o llevadas a un punto común y que ahora mismo tampoco conseguirían un mejor final. Es necesario saber si nos estamos dejando llevar por la nostalgia, los sentimientos de duelo y soledad de la ruptura, por echar de menos la relación en su mejor momento, o si estamos viendo de manera objetiva la situación y existen posibilidades reales de cambio y mejora.
Por último, al comenzar esa segunda oportunidad, nunca hay que perder de vista todo lo que hemos conseguido en el camino a nivel personal, todo lo que hemos hecho para cuidarnos y mejorar a nivel personal tras la ruptura, y mantener todo eso que nos hace bien estando de nuevo en pareja. Trabajaremos juntos para identificar aquellos aspectos que es necesario mejorar a nivel personal y en conjunto, cómo hacerlo y cómo mantener en el tiempo esa relación sana. Por supuesto, acudir a terapia de pareja con ayuda de un psicólogo especializado siempre es una opción adecuada.
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